Dos veces Kieślowski
El cine a veces es sutil, no es necesario que sea tan directo u obvio, Kieślowski es uno de esos cineastas que gusta hacer historias que dejan sensaciones más que moralejas.
Definiendo el estilo fílmico de los 90s
No es poco común que el cine de autor esté conformado por películas que la mayoría del público encuentra raras o aburridas por ponerlo en términos amables. Los trabajos clasificados bajo este género reflejan los temas, gustos, fobias y cuestionamientos personales de los realizadores. En ellas proyectan sus dudas existenciales personales y si tenemos suerte en algunas nos presentan sus respuestas, aunque no siempre son lo más claras o contundentes que el espectador quisiera.
Krzysztof Kieślowski fue un cineasta que marcó a toda una generación con su obra, particularmente en los 90s y aún lo sigue haciendo. Recuerdo leer artículos sobre su cine y escuchar analistas hablar y debatir sobre su obra. En mi juventud a pesar de sentir una fuerte atracción por el cine de arte, no me sentía especialmente curioso de explorar el cine polaco; no fue hasta hace un par de años que me di esa oportunidad y por fin puedo dar mi opinión al respecto.
Los sentimientos como argumento
Kiesloski a mi parecer es un cineasta especialista en la narrativa sensorial, encuentro bastante sorprendente y agradable la forma en que captura sentimientos, actitudes y emociones de manera lúcida y refinada. En artículos posteriores ya tendré oportunidad de hablar de su más afamado cuerpo de trabajo; Tres colores: Azul, blanco y rojo. Que merecen su propio comentario y en el que veo completamente dominado este aspecto que menciono.
La doble vida de Verónica muestra esa misma capacidad de sumergirnos dentro de la piel de la protagonista, o en este caso, de las dos personajes centrales interpretadas por la entonces novel Irene Jacobs, cuya personalidad naturalista encaja a la perfección con el papel al que le da vida.
Verónica y Veronique, dos mujeres idénticas, nacidas el mismo día en diferentes ciudades, gemelas metafísicas que viven cada una a su manera, una en Polonia, la otra en Francia. La película nos muestra durante la primera media hora la vida de Veronica, la polaca. Nos adentramos en su mundo ligero y aventurero, con una voz privilegiada que la va guiando hacia su destino, no el más feliz, no el más deseado.
El resto de la película se centra en Veronique, que al igual que su contraparte polaca siente que «no está sola» que alguien más vive su vida, que hay cosas que presiente y por lo mismo, sin tener una razón de peso, más que su intuición renuncia a sus clases de canto, evitando el destino funesto que ha tenido su gemela distante.
Una película de fuego lento
La historia es interesante e intrigante, con diálogos minimalistas y una música incidental de corte orquestal y operística, sello de la obra del director. Más que una experiencia cinematográfica nos sentimos parte de las historias, con una fotografía íntima que nos transporta al lugar, que nos hacer sentir las gotas de lluvia o los charcos que ésta provoca; las texturas de los muros avejentados donde transcurren las historias o las expresiones minuciosas del rostro de las protagonistas.
En esta cinta más que en cualquier otra obra de Kieślowski se refleja su particular estilo de filmar momentos, más que escenas; sensaciones, más que diálogos; y memorias más que historias. Su cine es tan íntimo que se queda grabado en nuestra mente a manera de fusión con nuestros propios recuerdos, y las imágenes más que recordarlas como parte de una película las entremezclamos con nuestras propias nostalgias.
La doble vida de Verónica es una película de fuego lento, la cinta puede resultar un enigma para muchos, un reto a la atención para otros, en el mundo actual donde estamos acostumbrados a las películas vertiginosas y estruendosas esta película es como un pequeño estanque en calma. Natural y en silencio, y si escogemos el momento adecuado para verla, podremos apreciar cada una de las notas que de ella desprenden.
- La doble vida de Verónica; 1991
- Director: Krzysztof Kieślowski
- Protagonistas: Irene Jacob
- En streaming a través de Mubi